miércoles, 7 de junio de 2017

DEAN JOAN

HABILIDADES DE COMUNICACIÓN Y EL TRABAJO CON LOS PADRES



La capacidad de establecer buenas relaciones con los alumnos es un requisito esencial de la buena comunicación y la enseñanza.

Las habilidades requeridas por un docente son:

Tener una buena voz y hablar de una manera clara para que pueda llegar bien el mensaje para el receptor que en este caso sería el alumno, el movimiento, los gestos y las expresiones faciales también son de gran utilidad sin dejar de mencionar que son los básicos para una buena comunicación.

El contacto ocular es de gran utilidad porque así observamos las acciones de nuestros educandos y podemos controlarlos de una manera más efectiva.

 Actitudes positivas que ayuden a demostrar a los niños que se preocupa por ellos y confía en su capacidad de aprender.

 Sensibilidad a las ideas de los estudiantes para que ellos puedan entrar en confianza así tener una buena comunicación.

Tener una buena relación entre educando y educador no se da rápidamente si no que se va formando con el tiempo, con esfuerzo, constancia y dedicación.




A través de la comunicación no verbal, se envía mensajes de calidez o aceptación, de vivacidad o aceptación y actividad de cansancio o malhumor, satisfacción o tristeza.

El docente es un modelo de habla importante para los alumnos y los patrones del habla influirán en ellos.

La comunicación es un proceso bidireccional. La relación cálida y de confianza necesaria para la buena comunicación se construye con el tiempo.

La confianza en el docente; aporta un grado necesario de seguridad en los alumnos.




HABILIDADES DE PRESENTACIÓN


Todo docente ha de ser capaz de presentar material a los alumnos de forma que atraiga su atención y les ayude a centrarse en lo importante.

Requiere hacer una buena preparación y un buen empleo de palabras y gestos.

Significa supervisar continuamente la clase para ver cómo responden los alumnos y para tomar conciencia de cuánto rato no se puede hablar antes de que los alumnos dejen de escuchar.








HABILIDADES DE INTERROGACIÓN

Es una de las habilidades de enseñanza más importantes; hay que planear con cuidado las diferentes preguntas que se desean emplear de forma que estimule el pensamiento de los alumnos.

Se pueden clasificar en preguntas abiertas y cerradas; algunas que requieran memoria y otras pensamiento.

Los docentes tendemos más a formular preguntas cerradas y de memoria y no las suficientes preguntas abiertas y de pensamiento.





CONDUCCION DE DISCUSIONES

Es una habilidad más difícil de lo que parece cuando se ve a un experto cómo la lleva a cabo en parte  debido a que los grupos son demasiado grandes como para permitir una discusión satisfactoria.

Es la capacidad de coordinar los puntos que se han establecido y que son importantes para el aprendizaje de los alumnos.

Es importante responder positivamente a las contestaciones que dan los alumnos. 

Incluso si dan una respuesta errónea  es posible decir algo alentador.

Las reacciones positivas a las respuestas llevan a los alumnos a estar más dispuestos a responder de nuevo.



AYUDA INDIVIDUAL


Sea cual sea la organización, siempre es necesario ser capaz de ayudar a los alumnos a avanzar más allá de su comprensión actual. 
Por lo tanto hay que ser capaz de analizar su pensamiento de forma que se puedan sugerir formas de avanzar.

   ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ ۝ 




martes, 6 de junio de 2017

HERRAMIENTAS PARA LA EVALUACIÓN EN LA EDUCACIÓN BÁSICA

LA COMUNICACIÓN DE LOS LOGROS DE APRENDIZAJE DE LOS ALUMNOS DESDE EL ENFOQUE FORMATIVO





Imagen relacionada








APRENDER A COMUNICAR Y COMUNICAR PARA APRENDER


Al comunicar los logros de aprendizaje desde el enfoque formativo se busca propiciar que todos los alumnos mejoren sus aprendizajes, tanto los que alcanzaron los aprendizajes esperados como quienes no los han logrado. 


La comunicación implica llevar a cabo un diálogo en un ambiente de confianza que propicie el intercambio de ideas, experiencias y dudas entre el docente y el alumno, el docente y la familia, y el docente y sus colegas. 

El contenido de esta comunicación se determina por la retroalimentación que genera el docente a partir de la valoración de los logros de aprendizaje de sus alumnos.

Por retroalimentación se entiende aquella información que
contiene los juicios de valor sobre el aprendizaje del alumno, la
explicitación de la brecha existente entre el aprendizaje esperado y el logrado.

O bien sobre el logro del aprendizaje y las orientaciones que permitirán al alumno mejorar sus aprendizajes.

La retroalimentación sirve de base para llevar a cabo la comunicación con alumnos, madres, padres de familia o tutores y con los colegas docentes, entre ellos destacan los siguientes:

La retroalimentación abarca desde los conocimientos de los alumnos, sus procesos de aprendizaje, su autoestima y su motivación hasta sus acciones futuras. 

La retroalimentación debe buscar establecer una conversación que permita comprender al otro y propiciar el
intercambio y el contraste de puntos de vista.

Este intercambio debe permitir indagar y esclarecer las causas de los logros o las dificultades de aprendizaje del alumno, construir un consenso al respecto para poder orientar el mejoramiento del aprendizaje, y establecer compromisos
con los alumnos.

Esto significa que cualquier retroalimentación que se proporcione tendrá un impacto, y según el contenido y la forma en que se brinde, éste puede ser positivo o negativo en los alumnos.

Cada evaluación debe incluir la comunicación de los  logros de aprendizaje y, por tanto, la retroalimentación.

Sólo si esta comunicación se convierte en una acción sistemática, los alumnos podrán integrarla a su proceso de aprendizaje. 

En consecuencia, es necesario que en las evaluaciones inicial, del proceso y final, así como en las coevaluaciones y autoevaluaciones, se brinde un espacio para retroalimentar el aprendizaje de los alumnos.

La retroalimentación se hace sobre lo que ya sucedió; sin embargo, debe establecerse un puente entre lo logrado y lo que debe efectuarse para mejorarlo en el futuro inmediato.



Cuando el alumno comprende que la retroalimentación favorece el análisis de sus resultados y cómo puede mejorarlos, permite que se establezca un diálogo con él, es decir, que se le considere un actor activo y no sólo un receptor de información.